Vinculando la Despensa de la Sierra con otros territorios con pensamiento, memoria y reapropiación territorial.

Todo primero fue pensamiento. Ser pensamiento implica existir gracias a otros: espíritus, seres mayores, personas, elementos o gentes; que nos han creado para darnos vida y encender nuestro fuego para este mundo. Swaka fue creado, como su palabra traduce del ikʉ al español:  ser “un lugar para pensar”, donde la comunidad arhuaca pudiera contar con un espacio de encuentro en la parte baja de la Sierra Nevada de Santa Marta, por el costado de Valledupar, y generar procesos de rescate de memoria agroecológica y recuperación de tierras.

Contar con un lugar para pensar es la posibilidad de encontrarse con otros a crear, donde los hermanos Durán: Guney Maku y Juan crean Despensa de La Sierra, como una plataforma de vinculación entre la Sierra y otros territorios del país por medio de productos propios, para fortalecer la memoria de las tierras bajas que por una historia de colonización y violencia habían tenido que dejar y por generaciones olvidar.  Despensa es una plataforma que vincula la comunidad de Jimaín, donde se encuentra Swaka, con otras comunidades como el Cairo, Simonouwa y pueblo bello, nutriéndose de productos de cada zona y fortaleciendo las redes económicas y alimentarias de los y las Arhuacas en estas. Sus productos llegan a grandes ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y hasta New York, expandiendo la Sierra misma y sus procesos culturales.

No solo se cultiva cacao, panela, hayo y mochilas, también se busca que las comunidades puedan volver a sembrar y recordar las memorias agrícolas de estos territorios, donde humanos y naturaleza tengan encuentros y espacios de pensamiento conjunto que les permita reconocer donde siembran, los tipos de tierra, los procesos de siembra y los cuidados que se necesitan para contar con alimentos, territorios y seres sanos. No se cultiva para cuerpos humanos, se cultiva para espíritus que se encuentran en procesos cíclicos de vida, y que necesitan cuidados continuos, en red y recíprocos.

 El rescate de la memoria agroecológica surge debido a procesos de violencia, desplazamiento, “colonización” y evangelización que conllevo a que la comunidad Arhuaca, principalmente, pero también comunidades cercanas de la Sierra como la Kankuama, tuvieran que empezar a subir cada vez más hacia los picos nevados, dejando las tierras bajas y estas siendo tomadas por colonos, “blancos” como ellos nombran o grupos armados. Desde comienzo de siglo, se viene junto al estado, adelantando un proceso de recuperación de tierras y compra de estas, incentivando la habitabilidad por parte de los arhuacos y de otras comunidades cercanas, dentro de estas, la familia de Juan y Guney para ser cuidadoras y seguir retomando territorio ancestral.  

 

Han venido creando encuentros para compartir saberes y hacer que ese lugar de pensamiento se convierta en un espacio de diálogo entre el pueblo Arhuaco y académicos, donde los imaginarios de indígenas y “blancos” - mestizos como mundos separados se rompan y den la posibilidad de generar encuentros de conocimientos y de vida.  Estos espacios han propiciado que la memoria tome un sentido más amplio y que los territorios puedan hablar desde diferentes lenguajes que se complementan, equilibran o contraponen, pero que al final enseñan, vinculan y crean, fortaleciendo la recuperación de tierras en la parte baja de la Sierra que venían perdiendo desde hace décadas pero que hoy se encuentran en un proceso colectivo de reapropiación.

Seguir extendiéndose es parte esencial de Despensa, tanto en las comunidades colindantes que se vinculan por medio de sus productos, pero también en Bogotá, en su sede en chapinero, y en su página web y redes sociales; creando comunidad en la sierra, en la ciudad y en lo virtual.  Así desde lo virtual Guney, uno de los fundadores, desde su Instagram personal aliado al de Despensa ha movilizado el diario de un Arhuaco, subiendo contenido alrededor de la siembra de yuca, la construcción de casas, el tosté de hayo o la alimentación de peces; propiciando que consumidores puedan no solo conocer el producto sino la vida de quienes sostienen Despensa en territorio, haciendo gran énfasis en el proceso de Cacao que luego venden en sus tiendas como chocolate en más de seis variedades, convirtiendolo junto con las mochilas en el los productos estrella. María, esposa de Guney, es un eje fundamental de esta difusión detrás de las cámaras, cuidando los espacios y prácticas que se muestran, enfocando los vídeos y buscando el mejor encuadre para que Guney sea en influencer que hoy es, y Despensa cobre un sentido humano y territorial.  Es una plataforma que posiciona su quehacer ancestral y su territorio sagrado, relacionando prácticas de vida y muerte alrededor de los alimentos y los animales, donde se cuida los cuerpos, pero también los espíritus, rescatando la memoria agroecológica del territorio y vinculando otros territorios y personas en su pensamiento.