Convidar pa’ dignificar el campo desde la pedagogía y la soberanía alimentaria. Una apuesta del Convite Campesino, sus animales, alimentos y tierras boyacenses.

El convite es el acto de convidar, de invitar a una acción conjunta con otras personas. Se convoca para comer en comunidad o trabajar en pro de un beneficio colectivo. El convite Campesino en Arcabuco Boyacá es quien invita a personas cercanas o lejanas a participar de la fiesta de los alimentos cultivados con gran atención y dedicación en la finca agroecológica Santa Juana y en otras colindantes.

Es una familia de personas campesinas boyacenses quienes convidan a las tierras cercanas a ser parte de un proceso de generaciones que se viene pensando y haciendo en pro del campesinado, la tierra y los alimentos propios de estas sabanas, montañas y páramos. Ángela quien hoy dirige junto a su compañero Mario el Convite Campesino, se conocieron en el programa de pedagogía popular agrónoma en Viotá, Cundinamarca, decidiendo desde motivaciones familiares apostarle a una asociación juvenil y campesina que trabajara el campo desde una visión agroecológica y autosostenible; convocando no solo a familiares sino a amigos y personas cercanas que decidieran apostarle a otro tipo de relación con el campo y a prestarle atención a los ciclos de los alimentos, su relación con los humanos y el rescate de la memoria alimentaria de sus generaciones pasadas. 

La finca Santa Juana sede principal del Convite, se encuentra en la entrada de Arcabuco, en donde quien recibe es el río Pomeca desde un afluente grande que pasa en su orilla e invita a adentrarse en cultivos de papa y mazorca, mientras los chivos, las gallinas y los perros se acercan recibiendo a la visita. Una casa hecha de bahareque resplandece en la mitad de los múltiples cultivos que la cuidan, detrás de ella un bosque que aumenta a medida que la montaña crece y múltiples árboles que sobresalen con sus feijoas y tomates de árbol. Los alimentos y animales que conviven junto a Ángela, Mario, su madre y hermana Emilie, son compañeros y como tal les prestan la atención diaria para que en conjunto generen procesos pedagógicos a consumidores y campesinos.

Generar procesos pedagógicos alrededor del consumo de alimentos consciente y del trabajo de estos es la apuesta principal, donde sus clientes y pertenecientes a la asociación puedan involucrarse y tener un contacto cercano con el campo. La mejor forma de aprender sobre el trabajo del campo es haciendo, así que abren la finca para que se acerquen voluntarios, se realicen talleres de biopreparados o se conozca la huerta, teniendo la experiencia de chuzarse con las moras, cosechar las lechugas, sembrar las aromáticas, dar de comer a las truchas y conejos o ir a la plaza de Arcabuco en su día de mercado los martes y ayudar a vender los productos. La posibilidad de apertura de consumidores a tener estos espacios es gracias a los Circuitos cortos, los cuales buscan que los alimentos sean consumidos por personas cercanas a ellos, locales, donde su distribución sea más sencilla y rápida, manteniendo relaciones de calidad y confianza con quienes los cultivan, donde la soberanía alimentaria es una práctica y no solo un discurso.

Sus ventas no solo se realizan en la plaza de mercado de Arcabuco, sino que han decidido apostarle a crear una plataforma Online por medio de Instagram y WhatsApp, creando una comunidad que cada quince días pueda contar con mercados sanos en sus casas. Principalmente, estas redes se tejen con las ciudades o municipios cercanos como Tunja o Villa de Leyva, donde ofrecen la disponibilidad de productos de cosecha y realizan su distribución, la cual ha sido todo un reto ya que los costos son altos y los medios son escasos. De igual forma, estas redes sociales les han permitido expandir su propósito pedagógico y llegar a muchas otras personas por medio de reels, historias o publicaciones que le apuestan a generar consciencia del trabajo del campo, a conocer a quienes cultivan, ver sus prácticas y experiencias, y abrir las puertas para que más personas puedan vincularse y participar.  Es una plataforma intergeneracional que convoca desde su hacer político campesino para generar no solo venta de alimentos agroecológicos, sino procesos pedagógicos que brinden experiencias y acerque el campo a otras realidades, todo desde un convite donde animales, alimentos, tierras, aguas y personas se juntan en busca de dignificar el campo y quienes trabajan en él.